El D2 es un documental que reconstruye la historia del centro clandestino más feroz que operó en Mendoza desde 1975 hasta el final de la dictadura militar. Denuncia a los responsables de torturas y asesinatos, y aporta datos sobre el funcionamiento del “departamento Dos” de la Policía de Mendoza, en el Palacio Policial, a dos cuadras de la Casa de Gobierno. Un documento imprescindible para las nuevas generaciones.
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El video documental D2 nació como el trabajo final (tesis) de dos estudiantes de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Cuyo. Su elaboración llevó un año y medio, desde que se comenzó con la investigación hasta su edición final y presentación.
Planteado como un documento necesario para la recuperación de la memoria histórica el documental encara, a través del relato de las víctimas del terrorismo de Estado en Mendoza y específicamente de aquellos que pasaron por los calabozos del D2, la reconstrucción de los momentos más terribles de la historia reciente.
En ese sentido, y teniendo en cuenta la escasa información pública que existe sobre lo que ocurrió en nuestra provincia durante la última dictadura militar, nos propusimos encarar este proyecto con el firme objetivo de aportar un elemento más a la memoria colectiva; además de producir profundas revelaciones sobre el rol que cada uno de los actores sociales desempeñó durante los “años de plomo”.
Por esto, el material se transforma en una contundente denuncia sobre los ejecutores de las violaciones a los derechos humanos cometidas en ese centro clandestino. En él aparecen nombres y fotos de los responsables directos de secuestros, torturas, violaciones y desapariciones.
El D2 de la Policía de Mendoza
El Departamento de Informaciones Policiales, D2, fue creado por la ley 3677 en 1970. Incluía las divisiones de reunión de información y de investigaciones, pero su fin específico era acumular datos sobre militantes, organizaciones, instituciones y todo cuanto fuera sospechoso de actividades políticas.
El levantamiento popular conocido como “Mendozazo” del 4 de abril de 1972 fue una buena prueba para el Departamento 2 de Inteligencia. Desde entonces los servicios de la Policía contaban con la información sobre cómo estaban conformadas las organizaciones de izquierda y sindicales de Mendoza.
El esquema represivo en nuestra provincia funcionó muy organizadamente. Las decisiones se tomaban en la Comunidad Informativa, que estaba integrada por todos los servicios de inteligencia de los organismos de seguridad con base en la provincia: Ejército, Fuerza Aérea, Delegación Naval, SIDE, Policía Federal, Policía de Mendoza y Gendarmería. Una vez que la Comunidad Informativa decidía, los operativos eran llevados adelante por el COT, Comando de Operaciones Táctico.
El COT estaba integrado por representantes de las distintas fuerzas armadas y policiales. Por el D2 eran nexo entre la Policía de Mendoza y el COT los oficiales inspectores Eduardo Smaha y Armando Fernández.
El COT tenía el poder suficiente para solicitar a las seccionales de Policía que les dieran las zonas liberadas que pedían para su accionar, y una vez realizados los operativos, eran los encargados de entregar al D2 a los secuestrados. Además, sus integrantes dirigían activamente todo lo que fue el saqueo de los domicilios que asaltaban.
De los 7 centros clandestinos de detención que operaron en Mendoza durante la última dictadura militar, el D2 fue el de mayor envergadura.
Funcionó en un entrepiso en el interior del Palacio Policial ubicado en calles Belgrano y Virgen Del Carmen de Cuyo de la ciudad de Mendoza. El centro clandestino estaba en pleno Barrio Cívico, a dos cuadras de la Casa de Gobierno.
Comenzó a operar ilegalmente en 1975, en el Gobierno constitucional de Isabel Perón mientras la provincia estaba intervenida por Luis Rodriguez, primero y Pedro León Lucero, después. Bajo las instrucciones del Jefe de Policía, Vicecomodoro Julio César Santuccione, los militantes del terrorismo de Estado, los torturadores del D2, se prepararon para regar de sangre Mendoza.
Los policías del D2 trabajaban 24 horas y descanzaban 48. Ninguno quedó fuera del esquema represivo. Ninguno está con las manos limpias.
Por los calabozos del D2 pasaron en total casi 300 personas de todas las agrupaciones políticas de la época. Muchos mendocinos desaparecieron.
Más de 20 personas que pasaron por las manos de la patota de Pedro Sánchez Camargo (Jefe del D2) siguen hoy con destino desconocido.
Otros de los secuestrados por el grupo que no fueron llevados al D2, tampoco sobrevivieron al destino de la época: ser un desaparecido.
Estreno del documental
El viernes 23 de marzo de 2001 se presentó el video D2 en el Cine de la Universidad Nacional de Cuyo ubicado en pleno centro de la ciudad de Mendoza. Al estreno asistieron casi mil personas por lo que fue necesario realizar dos funciones para que todos los espectadores pudieran ver el documental.
Entre los presentes se encontraban diferentes organismos de derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, H.I.J.O.S. y los padres de Sebastián Bordón, asesinado por la Policía de Mendoza en octubre de 1998, entre otros.
Superando todas las expectativa de los realizadores la función se transformó un verdadero acto de ejercicio de la memoria colectiva. Después de más de treinta minutos de video, los espectadores se retiraban de la sala con la convicción de haber visto algo que desconocían.