A finales de los ochenta, aún con Duvallier en el poder, Haití era en uno de los destinos predilectos de mujeres en busca de turismo sexual. En un hotel playero de Puerto Príncipe coinciden dos mujeres maduras, Ellen y Brenda, que compiten por la atención de Legba, uno de tantos jóvenes adonis que se ganan la vida de hotel en hotel haciendo compañía -y lo que surja- a mujeres de distintas procedencias.
“Con una sorprendente habilidad, Cantet logra ir sorteando todos y cada uno de los clichés en los que era fácil caer en este tema, desde el discurso políticamente correcto en contra de la explotación sexual hasta el regodeo en el voyeurismo y la sordidez. Por el contrario, el director prefiere tomar sus riesgos y mostrar a sus personajes libres –al menos por un tiempo– de toda culpa y tabú. (...) Las tres actrices son magníficas, pero resulta difícil no referirse en particular a Charlotte Rampling. (...) En un film que la exige como pocos, su personaje, a pesar de su aparente aspereza y cinismo, termina mostrando su fragilidad, en lo que pasa de ser una mera fijación sexual a un amor no por tácito menos apasionado y doloroso.” / Luciano Monteagudo - Página/12