Una familia palestina queda accidentalmente atrapada en una casa ocupada imprevistamente por soldados israelíes. El padre de la familia no quiere irse. Su casa es el límite de su dignidad, perderla significaría no sólo entregarse a sí mismo sino también entregar a su familia al odio de sus enemigos para siempre.
“Queda bastante claro que aunque el film adopta la perspectiva de los ocupados, su propósito no es el de inspirar el resentimiento contra los israelíes sino hacer vivir al espectador la terrible experiencia de los refugiados sometidos al encierro, la humillación y la ofensa en su propia casa y exponer la constante e intolerable tensión a que los obliga esa situación absurda.”/ Fernando López - La Nación