Con El amor menos pensado, el cine argentino inicia lo que promete ser una seguidilla de éxitos durante el mes de agosto. La película que lidera por lo alto la taquilla en nuestro país, marca el debut en la dirección de un alto ejecutivo de la compañía Patagonik, Juan Vera, quien antes estuvo involucrado en la producción de títulos tan variados como La reina del miedo, Zama, Me casé con un boludo, Corazón de león y Elefante blanco. Vera también ya había probado su eficacia como guionista de comedias exitosas como Mamá se fue de viaje, Dos más dos e Igualita a mí. Finalmente, con El amor menos pensado sale airoso en su triple rol de guionista, productor y director.
Esta auspiciosa ópera prima, que ha convocado en su primer fin de semana a más de 200.000 personas a las salas nacionales, además de contar con un extremo cuidado en todos sus rubros técnicos y artísticos, respira una bienvenida sensibilidad que no es común en el cine de gerentes devenidos en realizadores. Un tipo de film que se ubica en la vereda contraria a la de ejecutivos como Marcos Carnevale, quien dirigió despropósitos comoInseparables y El fútbol o yo, con una planilla de cálculo de cantidad de espectadores en mano, y abusando tanto de la receta de probada eficacia, que terminó lanzando embutidos fáciles de deglutir; pero con escaso sabor a cine genuino.
A pesar de estar construida desde una mirada puesta firmemente en la taquilla, El amor menos pensado se reserva algunas sutilezas y una extensión atípica de 135 minutos, cuando este tipo de películas suelen apostar por la cuasi infalible hora y media de duración. El punto de partida es tan simple como eficaz, una pareja que lleva 25 años de unión enfrenta la partida a España de su hijo. En poco tiempo, el conocido síndrome del "nido vacío" comenzará a erosionar el vínculo entre Ana y Marcos (superlativa Mercedes Morán y correcto Ricardo Darín), hasta llegar al planteo de qué será de ellos; y enfrentar esa suerte de abismo/paraíso que supone la ruptura para un matrimonio de mediana edad.
La película, durante casi todo su metraje, juega sus cartas con nobleza y precisión. Desde el título y el afiche, queda en claro que se trata de una comedia romántica que incluye la fórmula de separación y rematrimonio. Claramente, el arco narrativo no va por el lado de la incertidumbre con respecto al reencuentro, sino el de cómo llegar hasta ese punto. Durante la primera hora y media, Juan Vera construye un relato de un tono tan despojado como intimista. La pareja protagónica es capaz de sostener inteligentes y sentidos diálogos mirándose a los ojos, sin la necesidad de que desde la banda sonora suenen "pianitos" para reforzar el clima emotivo.
El guión acierta al trazar ese debate entre la libertad absoluta y el extrañamiento frente a la falta de una estructura de contención como la convivencia. De repente, Marcos y Ana son cincuentones que vuelven al ruedo, ya sea con citas en una disco o navegando en aplicaciones como Tinder. Las primeras aventuras serán inevitablemente desopilantes. Él con una huracanada mujer (brillante Andrea Politti), que plantea una situación demasiado adrenalínica para un atildado profesor de Literatura. Ella con un excéntrico catador de aromas (Juan Minujín), adepto a prácticas un tanto lejanas a las de una exitosa especialista en estudios de mercado.
Será cuestión de tiempo para que cada uno ellos encuentre un par más afín a su mundo. Allí entran en escena los personajes interpretados por Jean Pierre Noher y la magistral Andrea Pietra. En el medio, hay unos cuantos secundarios más, algunos aportan la necesaria cuota cómica, mientras otros refuerzan la noble idea de vitalidad en la segunda y tercera edad. La madre de Ana (Claudia Lapacó), vibra a los 80 años con una nueva historia de amor. El padre de Marcos (Norman Briski), revela a su hijo un momento clave de viudez, con una escena que no logra despegar al legendario actor y maestro de su impronta teatral.
Los planteos que la película traza sobre una muy variada gama de temas, comienzan a diluirse sobre la última recta del relato. El hijo de la ex pareja vuelve a ser la excusa para que se produzca un nuevo movimiento, y aquí El amor menos pensado deja en evidencia la falta de ese espacio a solas que pudieron tener los protagonistas para conocerse más a sí mismos, y por extensión como espectadores tampoco podemos procesar orgánicamente sus decisiones. El guión es cuidadoso a la hora de no tratar como recipientes vacíos a personajes clave como lo que interpretan Noher y Pietra, pero también es astuto y calculado al no mostrarlos desde una potencia pasional. La aparición de "pianitos" en los minutos finales, empasta la chance de una segunda oportunidad con la de una nostalgia que Ana y Marcos tal vez nunca pudieron soltar.
El amor menos pensado / Argentina / 2018 / 135 minutos / Apta para mayores de 13 años / Dirección: Juan Vera / Con: Ricardo Darín, Mercedes Morán, Claudia Fontán, Luis Rubio, Andrea Pietra, Jean Pierre Noher, Claudia Lapacó, Norman Briski, Andrea Politti, Juan Minujín.