“El fuerte, perdurable regusto que deja El hijo es el de una tragedia clásica, pero una en la que lo único que subsiste es la duda, corazón de la modernidad. Como todos los films de los Dardenne, se está en presencia de un drama abstracto, pero narrado del modo más físico y material que pueda concebirse. Para decirlo en una palabra, es como si la cámara de John Cassavetes se hubiera puesto a contar una novela de Dostoievski, con estilo documental y bajo el ojo espartano de un Robert Bresson. Esas cuatro influencias encontradas parecen presidir no sólo El h ijo sino todo el cine de los Dardenne.” / HORACIO BERNADES - PÁGINA/12
