Eisenheim es el mago más famoso de Viena y sus seguidores dicen que sus poderes son sobrenaturales. El Príncipe Heredero Leopold cree que el ilusionista no es otra cosa que un fraude. Leopold asiste a una de las funciones del mago, convencido que logrará desenmascararlo. La hermosa prometida del Príncipe, Sophie von Teschen, lo acompaña esa noche y es elegida para que asista a Eisenheim en el escenario. Todo cambia a partir de ese instante. Cubiertos por un manto de misterio, Eisenheim y Leopold se convierten en dos rivales capaces de todo por el amor de Sophie.
“El ilusionista, segundo largometraje del guionista y director Neil Burger, es una película que bien podría definirse como old-fashioned: un noble exponente del cine clásico de aventuras con elementos fantásticos, épicos y románticos construido a contracorriente de la pirotecnia visual y de la dictadura de los efectos especiales generados por computadora (aquí se aplican de manera austera, creativa y funcional al desarrollo de la trama). (...) A la capacidad de Burger para transitar por distintos géneros con solvencia y construir climas siempre sugerentes (entre lo espiritual y lo surreal) se suman el apuntado aplomo del elenco y el aporte visual del gran fotógrafo inglés Dick Pope (habitual colaborador de Mike Leigh), para trabajar tonos virados al sepia, y del diseñador checo Ondrej Nekvasil, que reconstruyó la Viena del 1900 en estudios y locaciones de Praga. Hasta Philip Glass -que últimamente venía reiterándose demasiado en sus incursiones cinematográficas- ofrece aquí una banda sonora que alcanza a transmitir el carácter épico, misterioso y romántico por el que transita esa elegante fábula que es El ilusionista.” / Diego Batlle - La Nación