Vincent Lindon (único actor profesional del impecable elenco) interpreta a Thierry Taugourdeau, un hombre de 51 años que lleva ya demasiados meses (20) sin trabajo, enviando currículums, yendo a entrevistas, haciendo cursos preocupacionales y entrenamientos implementados por el Estado (que le da 500 euros mensuales) sin resultados concretos, mientras trata de sostener la cada vez más frágil situación económica de su famila, que completan su esposa Katherine (Karine de Mirbeck) y un hijo adolescente con capacidades diferentes llamado Mathieu (Matthieu Schaller).
Finalmente, Thierry es contratado como guardia de seguridad de un supermercado, donde tiene que “denunciar” no sólo los habituales robos de los clientes sino también los de los propios compañeros. Una situación más humillante que la otra.
Las contradicciones íntimas, los dilemas morales no tardarán en aflorar. Película pequeña, inteligente, noble en la línea de Recursos humanos, El empleo del tiempo y Dos días, una noche. No llega a los niveles de los mejores films de Laurent Cantet o los hermanos Dardenne, pero ratifica a Brizé (Une affaire d'amour, Algunos días de primavera) como un director de indudable solidez y a Lindon como un actor de múltiples matices y recursos.
Nota: Con este estreno debuta en el mercado local la distribuidora Mont Blanc. Más allá de las dificultades que atraviesa el lanzamiento en la Argentina del cine de arte, siempre es una excelente noticia que más gente apueste por películas de calidad.
El precio de un hombre: El trabajo de encontrar (y mantener) un trabajo
Fuente: Otros Cines