“La amenaza fantasma, el despertar sexual, algún temor por violencia sexual, todo es posible imaginar a partir del retrato, minucioso, provocativo, de Hadzihalilovic. Las metáforas o alegorías enriquecen el flujo de la narración con que la realizadora francesa inmiscuye al espectador. Nada ha de dispersarse. Si busca un filme que lo atrape y lo fuerce a meditar, reflexionar y proyectarse, acérquese a verla. Saldrá satisfecho.”
/ Pablo O. Scholz - Clarín