“Las coreografías de acción -verdaderos ballets- concebidas por el gran Yuen Woo-ping desafían todas las leyes de la gravedad y -al igual que la trama- no pretenden ofrecer la más mínima coherencia ni justificación. (...) Con un generoso presupuesto de 20 millones de dólares, esta coproducción entre China, Hong Kong y Hollywood, Kung-Fusión apela, siempre con su espíritu lúdico y burlón y su pincelada gruesa, a la sátira social -con una exaltación de los pobres que se rebelan contra los opresores de turno-, a la violencia estilizada y a unos musicales grandilocuentes. Todo en sintonía con el estilo absurdo e irreverente de Stephen Chow." / Diego Batlle - La Nación
Akelarre: la inquietante joya con la que un mendocino arrasa en Netflix
12 de mayo de 2021