Premiada en la Mostra de Venecia 2014 como Mejor Opera Prima y ganadora pocos meses después del BAFICI 2015, esta película india recordará a muchos el estilo cinematográfico que patentaron durante los últimos años los nuevos directores rumanos.
El film se centra en una serie de sesiones de una corte de Mumbai en la que un abogado defensor y una fiscal tratan de resolver el caso de un músico, activista político y profesor a quien se acusa de haber instigado a un hombre a suicidarse a partir de la letra de una de sus canciones.
El punto de partida es la excusa para pintar un sistema perverso que persigue a los críticos a partir de argucias legales absurdas y decimonónicas que amparan esos actos en un marco “legal”.
Película detectivesca, en cierto modo, en la que el abogado intenta liberar a su defendido a partir de ir descubriendo datos y testigos que prueban su evidente inocencia sólo para verse de vuelta enredado (él y su cliente) en alguna otra argucia, trampa legal o, aun más, en la convicción de que el sistema, una y otra vez, encontrará formas y fórmulas para volver a encarcelarlo, kafkianamente, para siempre.
Más allá de una “coda” que sobra y no está a la altura de la sutileza del resto del film, se trata de uno de los grandes descubrimientos del último año cinematográfico y de un cine indio que escapa a las líneas más conocidas de la producción de ese país.
La acusación: Kafka atiende en la India
Fuente: Otros Cines
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