Después de algunos años alejada del cine, la guionista y directora Paula Hernández (Herencia, Lluvia, Un amor), regresa con una inquietante película que marca un notable salto cualitativo en su carrera. El relato arranca con una pesadillesca secuencia inicial en la que una mujer recorre su casa, cierra una canilla que está dejando correr agua en el baño, y avanza hasta descubrir a su hija adolescente sangrando desnuda en la puerta del hogar frente al ascensor. Este comienzo no solo es una lección de cine digna de ser vista en una sala de cine, sino que también es el preludio perfecto para sumergir a la platea en una historia que privilegia la creación de atmósferas y la construcción de una tensión que crecerá progresivamente.
La reunión en una vieja casona familiar de una matriarca con sus hijos y nietos marca el punto de partida de un film que en un principio puede ser conectado con títulos como La Ciénaga o algún exponente de autor francés, pero que con el paso de los minutos va construyendo su propia entidad. Bajo la atenta mirada de una matriarca que ha impuesto algunos rituales y marcas de estilo a sus descendientes, esta narración coral centra su mirada en Luisa (superlativa Érica Rivas) y Ana (promisoria Ornella D'Elía), la madre e hija de la mencionada secuencia inicial.
Si bien la añosa viuda que ha convocado la reunión familiar parece tener todo el control del asunto, por debajo subyace una madeja de situaciones en las que el machismo, en su versión de clase media alta ilustrada, siempre marca el pulso desde la sombra. La directora refuerza los choques entre los integrantes de este clan con un climático uso del sonido en off, y una dirección de fotografía que muestra a los personajes atravesados por el calor del verano, en plena sintonía con la ebullición que los consume.
Entre el deseo latente de la adolescencia y las frustraciones de una madurez que deja ver sus cuentas pendientes, Los sonámbulos se desplaza de la elegancia a la brutalidad. Sin caer en el volantazo arbitrario, la realizadora opta por un rotundo cambio de tono, en donde el sugerente desarrollo muta en una resolución de alto impacto. Bajo esa elección se pueden hacer múltiples lecturas, que van del estremecedor despertar de un letargo, con alegorías de sonambulismo incluidas; hasta el pacto de sororidad como refugio ante un mundo en tránsito de paradigmas.
Los sonámbulos / Argentina-Uruguay / 2019 / 105 minutos / Apta para mayores de 16 años / Guion y dirección: Paula Hernández / Con: Érica Rivas, Daniel Hendel, Luis Ziembrowski, Ornela D'Elía.