“Eastwood protagoniza un verdadero duelo interpretativo con Freeman y Swank, quien enriquece a su Maggie con el despliegue de coreografías exactas del combate, se ilumina en sonrisas y es capaz de romper la inmutabilidad de una secuencia terminal con una lágrima imprescindible. Y compartida. Million dollar baby, tan diversificada como para abundar en diálogos plenos de humor (...) se permite comentarios incisivos sobre ciertos egoísmos familiares, la fauna arquetípica del boxeo y los sueños sencillos de un veterano. Y de paso redondea una obra maestra, una verdadera, definitiva como un golpe al plexo. O al corazón. Sensacional.” / ANÍBAL M. VINELLI - CLARÍN
Akelarre: la inquietante joya con la que un mendocino arrasa en Netflix
12 de mayo de 2021