Daniel Plainview, de pobre minero a magnate del petróleo, trata de controlar por cualquier medio la explotación de una finca en la que hay petróleo. Sin embargo, la ambición lo termina separando de su hijo, que simpatiza con los trabajadores. También se cruza en su camino un carismático predicador, capaz de mantener unida a su alrededor a toda la comunidad.
“Con apenas 37 años y e interesantes films previos (Boogie Nights, Magnolia, Embriagado de amor), Paul Thomas Anderson arriba en Petróleo sangriento a una cima artística a la que la inmensa mayoría de sus colegas de todo el mundo jamás podrán escalar. No estamos, apenas, ante un director con cierto talento que ha alcanzado una temprana madurez, sino ante un artista de enormes proporciones y cuya dimensión real sólo se podrá apreciar cuando el impacto de este film decante y su carrera continúe. (...) El párrafo final es para Daniel Day-Lewis, uno de los grandes actores de la actualidad. (...) Su Plainview resulta uno de los personajes más ricos, fascinantes, multifacéticos y contradictorios que el cine ha entregado en mucho tiempo.” / Diego Batlle - La Nación