Una estudiante de periodismo acude a un show de magia donde el ilusionista intenta hacerla desaparecer. Mientras espera “desmaterializarse”, se le aparece el espíritu de un reportero fallecido que afirma que el rico y atractivo hijo de un conocido aristócrata británico es un asesino en serie. Con la ayuda del mago, la chica comienza a investigar y consigue evidencias incriminatorias contra el joven. De todas formas, cuanto más sabe de él, más peligrosa se vuelve la investigación, sobre todo cuando empieza a enamorarse del atractivo presunto criminal.
“Es una marca registrada, ciento por ciento Woody Allen, ya que combina comedia, romance e intriga policial. De él -de quién si no- brotan los pocos pero significativos gags del film, ya que divierte su patético Splendini, un mago neurótico, de poca monta y de chiste fácil, que se las ingenia para ganarse unas monedas con sus funciones en un precario teatro londinense. Pero Woody, además, bucea en otros dos temas que lo ponen fóbico: por un lado, la mirada irónica sobre el mundo de las primicias periodísticas, que alguna vez lo tuvieron a maltraer. Y por otro, la muerte y el más allá, aportando una dosis graciosa y obsesiva.” / Javier Firpo - La Razón