Shortbus sigue la trayectoria de varios neoyorquinos cuyas tragicómicas aventuras navegan entre la sexualidad y los sentimientos. La ciudad de Nueva York post 11 de septiembre y de los años Bush no es un lugar donde la vida sea fácil. La película invita a sus habitantes a reconciliarse con los intercambios intelectuales, los placeres de la carne y los sentimientos.
“Shortbus es una celebración, una fiesta. ¿De qué? Como en casi todas las fiestas, al final muy bien no se sabe. Es lo que es. Una partuza, un grupo de gente festejando el hecho de existir y de tener un lugar donde compartir sus sueños y deseos. Una fiesta de la libertad sexual, de la idea de Nueva York como una comunidad que -pese a las pesadillas que les ha tocado vivir a sus habitantes-, todavía se encuentra, experimenta, vibra.”/ Diego Lerer - Clarín